La emergencia sanitaria mundial ha hecho mella en el bienestar mental en todo el mundo. El aislamiento, el miedo, la incertidumbre y la alteración de las rutinas han provocado un aumento del estrés, la ansiedad y la depresión. Las personas con trastornos mentales preexistentes se han enfrentado a retos adicionales, mientras que otras han desarrollado nuevos problemas. La pérdida de seres queridos, las dificultades económicas y la saturación de los sistemas sanitarios no han hecho sino agravar la carga que soporta la salud mental.
Según los expertos, preocuparse por el bienestar mental es de suma importancia. Es crucial para desarrollar la resiliencia emocional, gestionar el estrés y afrontar los retos de la vida. Nos ayuda a desarrollar estrategias de reacción, mantener una autoestima positiva, establecer vínculos significativos, aumentar el conocimiento de uno mismo, el crecimiento personal y la felicidad en general.
Sin embargo, acceder a ayuda profesional puede ser difícil por varias razones.
“Un obstáculo importante es la escasez de profesionales de salud mental cualificados, especialmente en determinadas regiones o comunidades desatendidas. Esta escasez puede provocar tiempos de espera más largos para las citas y una disponibilidad limitada de los servicios”, explica a Metro Jamie Kreiter, fundadora de Nurture Therapy, con sede en Chicago.
Y añade: “El estigma y las actitudes sociales en torno a la salud mental pueden disuadir a la gente de buscar ayuda, incluso a quienes más la necesitan”. Las limitaciones económicas también suponen una barrera, ya que la atención a la salud mental puede ser costosa y no siempre se dispone de cobertura de seguro”.
Pero, ¿cómo cuidar de su bienestar mental sin arruinarse? Brooke Morgan, consejera profesional licenciada de Nashville (EE.UU.), cree que el autocuidado no tiene por qué significar días de spa o vacaciones caras:
“Puede significar asegurarse de que los hábitos de sueño son los adecuados, comer lo suficiente y dedicar tiempo a hacer algo que nos haga sentir bien y nos rejuvenezca”.
Morgan concluye: “Muchos terapeutas ofrecen tarifas reducidas si no tienen seguro. Los clientes pueden preguntar por estas posibilidades y también por un formulario (que pueden presentar al seguro para que les reembolsen el dinero). Los terapeutas practicantes o estudiantes pueden ser una buena opción para sesiones más baratas. También suele haber grupos de apoyo gratuitos (y a veces virtuales) a los que la gente puede acceder”.
Metro habló con Veronica Lichtenstein, consejera de salud mental afincada en EE.UU., para saber más.
Michelle Justice, instructora de yoga y fundadora de Nature Sound Retreat, compartió con Metro:
No se puede sustituir la ayuda profesional, sobre todo si te enfrentas a graves problemas de salud mental. Una forma de acceder de forma asequible a los servicios de salud mental es buscar en los recursos de la comunidad local. Las organizaciones sin ánimo de lucro, las iglesias y otras fuentes benéficas pueden ofrecer opciones gratuitas o de costo reducido para el asesoramiento o la terapia
Steve Carleton, director clínico de Gallus Detox Centers y terapeuta privado
Veronica Lichtenstein, la asesora de salud mental estadounidense
—Muchas sesiones de terapia presencial y grupos de apoyo se suspendieron o se trasladaron a plataformas remotas, lo que dificultó que la gente recibiera la atención y el apoyo necesarios. La transición a la telesalud ha sido útil para algunos, pero puede no ser accesible para todos debido a las barreras tecnológicas o a la falta de privacidad. En algunas zonas, sobre todo rurales o remotas, el acceso a los proveedores de salud mental puede ser limitado. Las personas que viven en estas zonas a menudo tienen dificultades para encontrar profesionales locales y pueden tener que recorrer largas distancias para recibir atención.
– Medidas como mejorar la cobertura de los seguros de salud mental, aumentar el número de proveedores de salud mental, ampliar las opciones de telesalud, reducir la estigmatización e invertir en infraestructuras de salud mental pueden ayudar a mejorar el acceso a este tipo de atención sanitaria. Abordar retos como la cobertura de los seguros y la abrumadora demanda que se impone a los proveedores de salud mental exige esfuerzos integrales por parte de los responsables políticos, los proveedores de seguros y las organizaciones de salud mental.
– Mejorar la salud mental no siempre requiere una inversión económica importante. Realice actividades que le resulten agradables y rejuvenecedoras, como pasear por la naturaleza, practicar mindfulness o meditación, leer, escribir un diario o escuchar música. Estas actividades pueden realizarse casi sin coste alguno y proporcionan valiosos momentos de relajación y autorreflexión.
Un sueño de calidad también es esencial para el bienestar mental. Establezca una rutina de sueño constante, cree un entorno propicio para el sueño y practique buenos hábitos de higiene del sueño. Por ejemplo, evitar las pantallas antes de acostarse, mantener un entorno cómodo para dormir y practicar técnicas de relajación para favorecer un sueño reparador.
Crear y mantener fuertes vínculos sociales es vital para la salud mental. Busque el apoyo de amigos, familiares o grupos de apoyo. Participe en conversaciones significativas, comparta sus sentimientos y experiencias y ofrezca apoyo a los demás. La conexión con los demás puede proporcionar apoyo emocional, validación y un sentimiento de pertenencia, todo lo cual contribuye a mejorar el bienestar mental.
– Cada vez se reconoce más la importancia de la atención a la salud mental, y los responsables políticos están tomando medidas para abordar la cuestión. Muchos países han implantado leyes de paridad que obligan a las compañías de seguros a ofrecer la misma cobertura para la salud mental que para la salud física. De este modo, las personas podrán recibir una atención integral bajo un mismo techo, lo que puede reducir los costes y aumentar la comodidad.
La investigación en curso y los avances en los tratamientos de salud mental pueden conducir a intervenciones más rentables. Aunque se están haciendo progresos, es importante reconocer que conseguir una atención de salud mental asequible para todos sigue siendo un reto complejo. Requiere un planteamiento polifacético en el que participen los responsables políticos, los proveedores de seguros, las organizaciones de salud mental y la sociedad en su conjunto.
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