QUé HACER PARA ALIVIAR EL DOLOR DE CUELLO

El dolor de cuello es una molestia muy común.

Suele ocurrir por una mala postura, golpes o como consecuencia de alguna enfermedad articular o musculoesquelética, como la artrosis. Conoce aquí distintos remedios y consejos para aliviar el dolor.

Cuida la postura

La postura es la forma en que se mantiene o sostiene nuestro cuerpo. Puede ser estática, es decir, cómo se mantiene el cuerpo cuando no estamos en movimiento (al dormir o estar sentados) o dinámica, la postura que tenemos en movimiento (al caminar, correr o agacharnos).

Tener una buena postura es muy importante para mantener el equilibrio, y evitar molestias y lesiones. El origen de tu dolor de cuello puede deberse a malas posiciones a lo largo del día. Para evitar esto, ten cuenta estos consejos:

Cómo dormir

Los expertos recomiendan conseguir un colchón medianamente firme para evitar dormir con la columna encorvada. La cabeza y el cuello deben estar alineados con el torso, y puedes colocar pequeñas almohadas debajo del cuello o los mulsos para alinear la columna.

Párate bien

El peso debe colocarse hacia la punta de los pies o distribuirse en toda la planta del pie, también debes evitar que la zona abdominal se desplace hacia adelante. Mantén la cabeza erguida y los hombros levemente hacia atrás.

Recuerda: siempre debes usar un calzado cómodo para caminar o mantenerte parado durante mucho tiempo.

Siéntate bien

Para lograr una buena postura al estar sentado, los pies deben estar en contacto con el suelo, la cabeza recta, alineando la columna cervical y dorsal, y las rodillas y caderas deben estar flexionadas, formando un ángulo de 90° entre sí.

Vista

Si estás trabajando, estudiando o leyendo, el libro, computadora, o celular deben encontrarse a la altura de los ojos (la cabeza debe estar erguida y no flexionada). Este consejos también aplica para la televisión.

Otros consejos

Otros hábitos que pueden causarte dolor de cuello son:

  • Cargar bolsas pensadas con los hombros. Esto puede solucionarse cargándola con los brazos extendidos, los hombros y cuello recto y la vista hacia el frente. También deberás equilibrar el peso para no forzar un lado más que el otro.
  • Sostener el teléfono entre la oreja y el hombro mientras hablas. Esto puede solucionarse recurriendo al altavoz o al uso de auriculares.
  • Tener sobrepeso u obesidad. Son enfermedades que debilitan los músculos abdominales, causan problemas en la pelvis y afectan la columna vertebral, contribuyendo al dolor de cuello. Esto puede solucionarse abandonando hábitos sedentarios, realizando ejercicio regularmente e incorporando una dieta saludable. 
  • Fumar. Aunque suene extraño, puede contribuir al dolor de cuello, ya que el tabaco dificulta la distribución de oxígeno y absorción de nutrientes por parte de los tejidos de la columna y el cuello, favoreciendo las molestias y lesiones.

Ejercicios para aliviar el dolor de cuello

Si te duele el cuello, prueba con estos ejercicios para encontrar alivio:

  • Con la vista al frente, baja el mentón hasta apoyarlo en el pecho. Cruza las manos sobre la parte superior trasera de la cabeza para intensificar el estiramiento mientras mantienes 5 segundos. Haz tres sesiones diarias de tres repeticiones cada una.
  • Con los hombros relajados, inclina la cabeza hacia un costado como si quisieras tocar el hombro con la oreja (cuidado, no debe ser la oreja con el hombro). Mantén esa posición durante 5 segundos. Repite y cambia de lado. Haz tres sesiones diarias de tres repeticiones cada una.
  • Mirando al frente con los hombros relajados, apoya el mentón sobre la zona lateral del pecho como si quisieras mirarte la axila. Mantén durante 5 segundos, repite y cambia de lado. Haz tres sesiones diarias de tres repeticiones cada una.

Compresas

Para aliviar el dolor de cuello se puede recurrir al uso de compresas frías o calientes. Solo ten en cuenta lo siguiente:

  • Compresas frías: se usan cuando hay inflamación o dolor aguado por un golpe. El frío contrae los vasos sanguíneo y disminuye el flujo sanguíneo hacia la zona afectada, controlando la inflamación.
  • Compresas calientes: se usan para contracturas (músculos apretados) o dolor crónico. El calor dilata los vasos sanguíneo, aumenta el flujo sanguíneo hacia la zona afecta y devuelve la flexibilidad y elasticidad a los ligamentos y tendones.

Medicina complementaria y alternativa

Además de los consejos y ejercicios anteriores, puedes aliviar el dolor de cuello con alguna de estas opciones:

  • Acupuntura: consiste en penetrar la piel con pequeñas agujas en puntos específicos del cuerpo para estimular ciertas terminaciones nerviosas del cuerpo y aliviar el dolor.
  • Acupresión: un terapista ejerce presión sobre ciertos puntos del cuerpo (en este caso el cuello) para aliviar el dolor.
  • Estimulación eléctrica transcutánea: se coloca una pequeña caja sobre el punto del dolor, que envía pulsaciones eléctricas leves a los nervios.
  • Uso de aceites: desde la medicina natural se promueve el uso de aceites esenciales con propiedades antiinflamatorias para calmar el dolor de cuello, como el de árnica, eucalipto, jengibre, lavanda, o romero. Solo debes diluir un par de gotas en un aceite portador (como el de coco u oliva) y masajear suavemente sobre la zona afectada.

Recuerda: estas opciones deben funcionar como complementos para los tratamientos tradicionales recomendados por un profesional de la salud, nunca como un sustituto.

¿Cuándo visitar al doctor?

Deberás consultar a un médico si presentas alguno de estos síntomas:

  • El dolor de cuello perdura por más de una semana.
  • El dolor de cuello fue provocado por un accidente o caída.
  • El dolor de cuello se vuelve cada vez más intenso.
  • El dolor de cuello te impide girar la cabeza con normalidad o mover otras partes del cuerpo.
  • Sientes junto al dolor de cuello una fuerte migraña.
  • Tienes fiebre, entumecimiento o debilidad.

También es importante que para calmar el dolor de cuello no recurras a la automedicación, ya que, en ciertas ocasiones, el origen de esta molestia puede no ser muscular.

Fuentes consultadas: Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Clínica Mayo, Escuela de Medicina de Harvard, Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel.

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