CONSEJOS PRáCTICOS PARA ALMACENAR Y MANTENER FRESCOS LOS HUEVOS

Los huevos son un alimento fundamental en nuestra canasta básica. No solo son una excelente fuente de proteínas, sino que también están repletos de nutrientes esenciales para nuestro organismo, como zinc y vitaminas A, B (especialmente la B12), D y E.

Además, la yema de huevo contiene lecitina, una sustancia clave en los procesos metabólicos del cuerpo, incluida la dispersión de depósitos de grasa y colesterol. Pero, ¿sabías que el almacenamiento y la frescura de los huevos también son aspectos importantes a tener en cuenta?

¿Cómo mantener los huevos frescos?

Existen diferentes opiniones sobre cómo almacenar y mantener frescos los huevos. Si bien muchos los colocan en recipientes o en el compartimento de la puerta de la nevera, hay quienes recomiendan otra manera. Por ejemplo, Get Cracking sugiere guardarlos en su caja original. Según esta recomendación, el cartón protege los huevos y evita que absorban olores y sabores fuertes de otros alimentos en la nevera, gracias a los poros en la cáscara del huevo.

Al guardar los huevos en la nevera, es importante tener en cuenta que el extremo grande debe estar hacia arriba, para mantener la yema centrada. Antes de utilizarlos, es recomendable dejar que reposen a temperatura ambiente si han estado en la nevera. Además, al guardarlos en la nevera, es preferible ubicarlos en el centro para que estén a una temperatura constante y fresca.

Si te sobran claras o yemas crudas, puedes almacenarlas en un recipiente hermético. Para evitar que las yemas se sequen, agrega un poco de agua, que deberás desechar antes de utilizarlas.

¿Cómo saber si los huevos están frescos?

Ahora bien, ¿cómo saber si los huevos están frescos? En primer lugar, verifica la fecha de consumo en la caja de cartón. Un truco sencillo, pero efectivo, es sumergir los huevos en un vaso de agua: si se hunden, están frescos; si flotan, están viejos.

Recuerda que cada tipo de huevo tiene un tiempo recomendado de almacenamiento. Los huevos de cáscara fresca deben consumirse antes de la fecha indicada en la caja, mientras que las yemas o claras sobrantes pueden conservarse hasta cuatro días. Los huevos duros o cocidos, por su parte, se mantienen frescos durante aproximadamente una semana.

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